Una fotógrafa y tres dibujantes estadounidenses han acusado a Google de utilizar ilegalmente millones de imágenes protegidas por derechos de autor para entrenar su modelo de Inteligencia Artificial (IA), según una demanda colectiva admitida en la Corte del Distrito norte de California. La tecnología de IA, denominada Imagen, se utilizó para crear contenido visual hiperrealista sin el consentimiento de las autoras, lo que podría generar importantes consecuencias legales y financieras para la multinacional.
Detalles de la Acusación y Defensa de Google
La demanda, presentada por la fotógrafa Jingna Zhang junto a las dibujantes Sarah Andersen, Hope Larson y Jessica Fink, alega que el gigante tecnológico se beneficia de prácticas que violan los derechos de autor al utilizar estas obras para perfeccionar su IA. Según las demandantes, Google y su empresa matriz Alphabet se han aprovechado indebidamente de los derechos autorales al emplear estos recursos gráficos sin permiso.
Por su parte, Google ha respondido a las acusaciones asegurando que sus modelos de IA se basan en información públicamente disponible en Internet y que defenderá su posición en los tribunales. Un vocero de la compañía afirmó a ALTO NIVEL que la legislación estadounidense ha permitido históricamente el uso de información pública para innovar y crear nuevos servicios beneficiosos para la sociedad.
Este caso se suma a un panorama más amplio donde la cuestión de los derechos de autor y la IA ha cobrado relevancia, con demandas similares presentadas por conocidos autores contra otras plataformas de IA, como Wikipedia explica en su descripción sobre propiedad intelectual y tecnologías emergentes.
Consecuencias Potenciales y Opinión Pública
El juicio, que será presidido por el juez Edward John Davila, no solo decidirá el futuro inmediato de la demanda, sino que también podría establecer un precedente importante sobre cómo se manejan los derechos de autor en la era de la inteligencia artificial. Las creadoras buscan compensaciones por daños y perjuicios que podrían ascender a millones de dólares, lo que subraya la creciente atención sobre la ética y legalidad de las prácticas en el desarrollo de tecnologías generativas.
El debate sobre la propiedad intelectual y su relación con la IA continúa creciendo tanto en el ámbito legal como en el público. La comunidad artística y creativa está particularmente alerta, insistiendo en la necesidad de proteger sus obras de usos no consensuados que podrían afectar su valor y reconocimiento.