
Tras superar una crisis interna que implicó el despido y casi inmediato reintegro de Sam Altman en noviembre, OpenAI ha regresado con fuerza presentando una innovadora herramienta de inteligencia artificial. El pasado jueves, el CEO de la compañía desveló una herramienta capaz de crear videos de hasta 60 segundos con solo una breve descripción textual, alcanzando un nivel de realismo que podría confundir a la mayoría de las personas al creer que fueron generados por un ser humano.
OpenAI deslumbra frente a la competencia
Desde escenas estilizadas de un pueblo de California durante la fiebre del oro de 1840 hasta representaciones fotorrealistas de cachorros de golden retriever jugando en la nieve, la nueva herramienta AI de OpenAI, sorprendió con animaciones más realistas que las ofrecidas por competidores en la generación de texto a video como Runway y ModelScope.
La evolución de los videos generados por IA
Hace apenas unos años, el apogeo de los videos de inteligencia artificial eran los deepfakes de figuras como Tom Cruise, que requerían un proceso minucioso de edición. Los videos totalmente generados por ordenador, en cambio, adolecían de limitaciones significativas, como bien demuestra un video viral de hace 11 meses en el que aparecía Will Smith devorando platos de pasta. «Es verdaderamente la materialización de pesadillas, lo que demuestra perfectamente la realidad con la que luchan los generadores de video de IA actuales», escribió Victor Tangermann de Futurism en aquel entonces.
Lo que más impresiona de Sora, la AI de OpenAI, es su habilidad para simular la compleja física del movimiento mientras muestra una sorprendente capacidad para imitar los efectos de iluminación del mundo real, algo que por lo general suele encontrarse solo en motores de juegos de alto rendimiento como el Unreal Engine 5 de Epic. De hecho, esto llevó a algunos a especular si acaso están empleando tal motor gráfico.
El retorno triunfal de OpenAI
La aparición de Sora marca el retorno triunfal de una compañía que casi se desmorona por una crisis interna hace tres meses. La rescisión de contrato de Altman seguida por su casi inmediato recontrato expuso una profunda brecha de gobernanza entre los orígenes sin fines de lucro de OpenAI y el modelo con fines de lucro respaldado por grandes accionistas como Microsoft. Esto desató especulaciones sobre si el caos en OpenAI provocaría una fuga de cerebros mientras el personal elegía entre comercializar la tecnología lo antes posible o mantenerse fieles a la misión original de seguridad en IA.
No faltan empresas ansiosas por aprovechar un posible éxodo de talento, como demostró Marc Benioff, fundador de Salesforce. La salida de Andrej Karpathy, un miembro destacado del equipo fundador de OpenAI, agregó más leña al fuego sobre la posible pérdida de enfoque y urgencia del equipo tras los problemas en noviembre.
La velocidad de la innovación en IA
La llegada de una herramienta tan poderosa como Sora, apenas unos meses después de intentos anteriores como el video de Will Smith, ayuda a explicar tanto el ritmo de innovación en el campo de la IA como el auge actual de las acciones de empresas de IA como Nvidia. Nvidia, el proveedor líder de chips de entrenamiento de IA, ha repuntado un 50% en las últimas seis semanas, superando en valor de mercado a empresas como Amazon y Alphabet.
Aún con el aumento en el precio de las acciones de compañías como Nvidia, la tecnología ha generado temores profundos de que los humanos podrían encontrarse en desventaja frente a la IA, en el caso de que personas como Altman logren crear una inteligencia general artificial. Ante la pregunta planteada el mes pasado en el Foro Económico Mundial en Davos, el jefe de OpenAI no ofreció una respuesta convincente.
Joanna Stern, editora ejecutiva de video del Wall Street Journal, resumió con un toque de humor lo que Sora podría significar para el valor de su trabajo. «Fue agradable conocerlos a todos», publicó el jueves. «Por favor cuenten a sus nietos sobre mis videos y hasta qué punto llegamos para grabarlos realmente».